YA NO QUIERO NADA CON DIOS
[Testimonio personal]
Hace mas de dos años murió mi mamá. Después de dos años de lucha contra el cancer, donde la vi sufrir pero jamas dudar de que Dios la sanaría. Muchas veces yo me acercaba a ella con la intención de darle palabras de animo y el que terminaba animado era yo, con toda la fe que esa mujer tenia. Pero su partida fue un golpe muy duro para mi.
Unos cuantos días después, con un nudo en la garganta y todavía pensando que todo eso era un sueño, me encerré en mi cuarto y con palabras fuertes le dije a Dios: – ya no quiero saber nada de la Iglesia, nada que tenga que ver con vos. Porque de que me sirve buscarte en oración o luchar por mantenerme integró delante de ti, si cuando te necesité no me respondiste –
Desde ese día deje de orar, leer la Biblia y únicamente asistía a la iglesia por compromiso. Estaba convencido de no querer nada con Dios. El tiempo fue transcurriendo y el sentimiento de soledad comenzó a crecer en mi. Tenia amigos y familia que estaban conmigo, que me daban palabras de animo y trataban la manera de ayudarme en ese momento difícil, pero yo seguía vacío. Entonces recordé un versículo, Hebreos 9:27 “Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez…” infinidad de preguntas empezaron a nacer en mi cabeza, pero todas llegaban a una misma respuesta: No puedo hacer nada ante la voluntad de Dios. Recuerdo llorar amargamente y pedirle perdón a Dios por todo lo que días antes le había dicho.
La voluntad de Dios es perfecta y jamas entenderemos su forma de obrar.
Eclesiastés 11:5 NVI “Así como no sabes por dónde va el viento ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco entiendes la obra de Dios, creador de todas las cosas.”
No se que momento puedas estar pasando, y si tus fuerzas se acabaron; quizá los problemas incluso te han llevado a pensar en quitarte la vida. Déjame decirte: ¡SIGUE ADELANTE! Volver la mirada hacia atrás no debe ser una opción. Recuerda que los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos (Isaias 55:8-9). Al final será mucho mejor lo que vendrá, todo es parte de un propósito. Todo puede faltarnos, pero si tenemos a Dios, no nos hace falta nada. Seguir y no abandonar debe ser siempre nuestro lema. No pierdas la Fe, siempre habrán situaciones difíciles, pero lo importante es la forma en que las enfrentas. La Fe se refuerza con los problemas, por lo que debemos ser afligidos en diversas pruebas para someter nuestra Fe. ¡Todo obra para bien a los que están en Cristo Jesus!
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