DETENGAN ESE TREN
Hace unas semanas pensaba: ¿Que sentido tiene la vida? Si solo trabajo y estudio, trabajo y estudio, trabajo y estudio; un ciclo interminable que me impide muchas veces disfrutar los pequeños detalles de la vida.
El vivir a gran velocidad es muy estresante. La vida para todos tiene una cierta cantidad de kilómetros, ¿Que se gana viviendo a 1000 kilómetros por hora?
Cuando nos subimos al tren de nuestros sueños, metas e ilusiones muchas veces nos podemos volver adictos a la velocidad, nos ciegan las ganas de alcanzar eso que tanto queremos, nos olvidamos que las cosas simples hacen también los mejores momentos. Además las cosas simples son gratis, como: contemplar un atardecer, reír, abrazar a esa persona amada o mojarse bajo la lluvia.
Vivimos en una sociedad que nos exige resultado, pero aun en medio de ella no tengas miedo de bajarte del tren y disfrutar a esas personas que están a tu lado, hazlo porque esas personas puede que mañana ya no estén en tu vida. No siempre se trata de llegar, sino de contemplar el paisaje que pasa frente a nosotros.
Dejemos de ser prisioneros de nuestros sueños. Valoremos nuestro presente, disfrutemos de lo que tenemos y a quienes tenemos.
Detener el tren de nuestros sueños no significa fracaso, sino todo lo contrario, es para regresar con mucha más fuerza.