PALABRAS BONITAS
¿Cuántos hemos mentido? Seguramente todos alguna vez en nuestra vida hemos dicho una mentira, y como dice la canción hemos dicho mentiras bonitas que hasta nosotros quizá llegamos a creernos; hoy quiero que leas esta metáfora que encontramos en la Biblia:
“»¿Qué les parece? —continuó Jesús—. Había un hombre que tenía dos hijos. Se dirigió al primero y le pidió: “Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo”. “No quiero”, contestó, pero después se arrepintió y fue. Luego el padre se dirigió al otro hijo y le pidió lo mismo. Este contestó: “Sí, señor”; pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?» —El primero —contestaron ellos. Jesús les dijo: —Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios. Porque Juan fue enviado a ustedes a señalarles el camino de la justicia, y no le creyeron, pero los recaudadores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. E incluso después de ver esto, ustedes no se arrepintieron para creerle.” Mateo 21:28-32 NVI
¿Quien se comportó verdaderamente como hijo? ¿El que dijo palabras bonitas y confirmó que iría pero desobedeció? ¿O el que no dijo nada pero si fue? Esa pregunta que hace Jesús es válida hasta el dia de hoy.
Cuántos cristianos han hecho verbal su fe, y no solo eso, sino que tienen apariencia de piedad pero están lejos de los valores que el nazareno vivió. Y cuantos otros, muy diferentes, sin decir nada viven en carne propia valores como la justicia, el amor y la misericordia inspirados en Jesucristo.
“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.” Mateo 5:44-45 NVI
Si nos hacemos llamar hijos de Dios, procuremos vivir como Jesús, evitando decir demasiadas palabras bonitas y nada de acciones. No somos nosotros quienes pueden afirmar que somos cristianos, son los demás cuando vean a Jesús reflejado en nuestras vidas.